Su destilación, única y lenta, se realiza en un alambique de cobre discontinuo, utilizando pequeños lotes de vinos moscateles del Valle del Huasco. La separación del corazón se lleva a cabo mediante cortes sensoriales, obteniendo un pisco armonioso, puro y expresivo.
El reposo de 36 meses en cubas de acero inoxidable culmina en una botella de cristal italiano.